Esta frase que diversos historiadores se la atribuyen a Fernando VII, Carlos III y a Napoleón Bonaparte, bien aplica en estos momentos a los dirigentes de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF).
La salida del español Félix Sánchez Bas de la dirección técnica de la Tri, tras la eliminación por penales ante Argentina en la Copa America, puso a correr a Francisco Egas y su equipo cercano, aunque del tema de su renuncia ya se venía rumoreando días atrás.
Ni bien el español anunció su dimisión, y cuando aún no había hecho sus valijas, ya saltaron nombres para reemplazarlo por todos lados.
Se activaron empresarios, representantes, dirigentes, amigos y hasta periodistas. Si, comunicadores sociales que promocionan a sus panas, a los técnicos que a su sesudo criterio DEBEN ser el elegido, o a los que sus amigos empresarios les piden les hagan campaña.
En estos últimos días el lobby ha sido intenso. El teléfono de Fidel Egas y su círculo íntimo en la FEF no ha parado de sonar. Las propuestas y sugerencias llueven.
Las eliminatorias se reanudarán en menos de dos meses. El 5 de septiembre la Tri se enfrentará a Brasil y cinco días después a Perú. Hasta noviembre se disputarán 18 puntos.
Por ello existe urgencia por contratar al nuevo técnico lo que no significa que hay que atolondrarse. Los dirigentes deben ser muy reflexivos, cuidadosos en los detalles, seguros, analíticos.
Tienen que buscar el perfil que más le convenga al fútbol ecuatoriano, a la generación de nuevas figuras de la Tri y no a los intereses de determinados clubes o dirigentes.
La dirigencia tiene que hacer un mea culpa, reconocer errores, saber en qué se pudo fallar al contratar a Félix Sánchez quien quedó último en el Mundial de Qatar y con el cual se ofreció un “salto de calidad”.
Si es por números al español no le fue mal: en 19 juegos (9 amistosos, 6 por Eliminatorias y 4 en Copa América) ganó 10, empató 4 y perdió 5. Pero a muy pocos convenció con su estilo de juego, con su lectura y decisiones en los partidos.
Su reacción tardía ante Argentina, al que lo puso a sufrir para clasificar en penales, sirvió para emocionar a los hinchas e incluso a los dirigentes que tuvieron la esperanza que siga al frente de la Tri.
PHOTO: Marcos del Pozo